La vasectomía consiste en un método anticonceptivo quirúrgico en la que se realiza una sección y ligadura de los conductos deferentes para conseguir que el semen eyaculado no contenga espermatozoides por lo que no se puede producir un embarazo. A partir de la realización de una vasectomía, el eyaculado contendrá sólo líquido seminal, pero no espermatozoides.
Es una técnica muy consolidada que se realiza de forma ambulatoria, con anestesia local.
Una vez realizada la intervención es necesario realizar dos espermiogramas de control, habitualmente al cabo de 2 y 3 meses, respectivamente. Sólo cuando se comprueba que el eyaculado no contiene espermatozoides se podrán mantener relaciones sexuales sin emplear otros métodos anticonceptivos.
La vasectomía no protege de enfermedades de transmisión sexual.
La vasectomía es el método anticonceptivo masculino más fiable ya que su efectividad es superior al 99% por lo que la consecuencia más directa va a ser la esterilidad del hombre, aunque no va a ser inmediata, ya que durante semanas va a seguir habiendo espermatozoides en el semen. Por ello, hasta la comprobación de ausencia de espermatozoides en el eyaculado, será necesario emplear métodos anticonceptivos para evitar un embarazo no deseado. En ningún caso altera las hormonas ni afecta al apetito sexual.
En cuanto a los riesgos que tiene, es una operación muy segura y la inmensa mayoría de las personas no tienen ningún problema. Sin embargo, los riesgos más comunes son la aparición de hematomas y dolor testicular leve y, raramente, infecciones de fácil solución con antibióticos.
Será el urólogo el que, tras un espermiograma, determine si el semen está libre de espermatozoides.