Se define infertilidad como la incapacidad de lograr un embarazo espontáneo después de un año de relaciones sexuales sin la utilización de métodos anticonceptivos.
La infertilidad puede ser de causa femenina, masculina o mixta. La infertilidad masculina puede ser provocada por una variedad de condiciones, alguna de las cueles se pueden identificar y tratar, como el hipogonadismo hipogonadatrófico o la obstrucción de la vía seminal; otras se logran diagnosticar, pero no cuentan con un tratamiento específico, como alteraciones genéticas o atrofia testicular.
Es necesario realizar una evaluación básica del paciente que consulta por infertilidad, que incluye:
Con los resultados encontrados en esta evaluación se puede solicitar un estudio más avanzado que puede incluir un perfil endocrinológico, un análisis de orina post-eyaculación, una ecografía testicular o prostática, una evaluación genética u otro tipo de pruebas específicas, según el caso.
Existen varios factores de riesgo que están relacionados con la infertilidad masculina como:
Se requiere una buena historia clínica y una exploración física para detectar factores de riesgo o signos que puedan orientar tanto a posibles alteraciones como a posibles soluciones.
La infertilidad masculina es curable.
Si está provocada por una obstrucción de la vía seminal, se puede identificar el lugar de la obstrucción y corregirlo quirúrgicamente.
Si está provocada por trastornos hormonales se puede tratar mediante preparados o medicamentos.
Si hay un descenso en la cantidad o calidad de los espermatozoides, existen medicamentos que pueden mejorar estos parámetros.
Si la infertilidad es causada por varicocele se puede solucionar con una intervención quirúrgica.
Si se debe a trastornos en la eyaculación, habrá que ver si el problema tiene un origen orgánico o funcional.
También es importante mejorar los hábitos de vida a unos más saludables.
Además, en la actualidad, existen técnicas de reproducción asistida que permiten realizar tratamientos para hombres con bajo recuento de espermatozoides o que tengan poca movilidad, como la fecundación in vitro.
En el caso de azoospermia o ausencia total de espermatozoides, se puede recurrir a la fertilización con semen de donante.
Si la causa es por un eventual tratamiento oncológico o similar, el paciente puede optar por una conservación de sus espermatozoides (criopreservación), previa a dicho tratamiento.
Si crees que padeces infertilidad masculina, es importante que acudas a un médico especialista en Urología, que te ayudará a conocer el origen y buscar las soluciones más adecuadas para tu caso.