Sí, es posible la pérdida de un testículo por diversas causas como lesiones traumáticas, infecciones, torsión testicular o cirugía.
Las lesiones traumáticas, como golpes fuertes o accidentes, pueden causar daño severo al testículo, que haga necesaria su extirpación. Las infecciones testiculares, como la orquitis bacteriana o vírica, pueden ser graves y en algunos casos, si no se tratan adecuadamente, pueden llevar a la pérdida del testículo.
La torsión testicular es otra causa común de pérdida testicular. Ocurre cuando el cordón espermático gira sobre sí mismo, lo que interrumpe el flujo sanguíneo hacia el testículo. Si la torsión no se trata rápidamente, puede provocar daño tisular irreversible y pérdida del testículo.
En algunos casos, puede ser necesario realizar una orquiectomía (extirpación quirúrgica del testículo) como parte del tratamiento para ciertos tipos de cáncer testicular. La cirugía para extirpar el testículo afectado es imprescindible para curar la enfermedad y para evitar que el cáncer se propague a otras partes del cuerpo.
La pérdida de un testículo, aunque puede ser un proceso con un elevado impacto psicológico, generalmente no tiene repercusión negativa sobre la salud física y el bienestar de un hombre, especialmente si ocurre en la edad adulta.
Por último, hay que destacar que cada situación es única y las consecuencias de perder un testículo pueden variar de un individuo a otro.